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Jugar a las escondidas ha sido su juego favorito toda la vida, aun no deja de jugarlo. Pero ahora no se limita a los parques, a veces irrumpe en las casas de los vecinos. Hasta el día que logró colarse en la casa de un negro y este tuvo que darle un castigo a la zorrita para que empezara a respetar la propiedad privada. Saco su polla y ella salto sobre ella a chupársela, nunca había visto una tan grande y no quiso perder la oportunidad. Luego la tomo en peso y atravesó su coño haciendo que gritara mucho de dolor pero la muy guarra no quería que se la sacara.