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Luego de que cerrar el trato, no pensó que le costaría tanto trabajo. Una mujer de su edad entiende que pierde masa muscular y que debe esforzarse mucho más para mantener su cuerpo, entonces tenía que pasar horas en el gimnasio –lo que implica un gran gasto monetario– o simplemente se conseguía un marido entrenador. Y por eso hizo lo segundo, es cuestión de economía y ahora el negro es quien le da enculadas diarias a la madura rubia. Ella se goza una polla negra por el culo y además se mantiene en forma sin pagar nada. Eso es inteligencia.