Era un masaje pero a la rusa le dieron ganas de follar
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Para un tío es más que habitual despertarse una mañana y tener el rabo más duro que un canto rodado pero para las tías no es menos. Más de una se despierta alguna vez con un calentón capaz de derretir los casquetes polares. Aquí tenéis un claro ejemplo de ello.