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Le costó mucho llegar a su casa, tuvo que pedir indicaciones porque aunque tenía las coordenadas en su móvil, le costó mucho entender esos números. Para ella siempre es mejor que la recojan en un coche y la dejen el sitio. Pero cuando estuvo ahí, la jovencita rusa llega devorando la polla de su primo porque tenía muchas ganas de hacerle una mamada. Por eso viajo tantos kilómetros y ahora que lo tiene en frente, solo quiere chupársela con muchas ganas para que se le ponga bien dura y luego este le dé una follada en su coño. Es lo que consigue siempre que quiere la zorrita.