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Los turnos son muy largos, los pacientes no paran de llegar y hay que atenderlos a todos. Tal vez que no hubiese tantos estúpidos en la humanidad, no habría tantos accidentes y ella pudiera ir a su casa a dormir en paz. Pero es su trabajo y se tiene que quedar, pero lo bueno es que luego de terminar su turno, la enfermera jovencita se queda un rato más follando con el doctor de turno. Siempre es uno diferente y ella siente que su coño colabora con que ellos estén relajados, así que lo ve como parte de su trabajo y también no hay que negar que la putita goza la follada.